EDITORIAL
Ha transcurrido otro curso escolar, los pasillos comienzan a estar vacíos y un silencio sepulcral se va adueñando poco a poco de los edificios Alfonso VI y Fernando de Castro, las clases están vacías, las ventanas y puertas siguen abiertas de par en par (ventilándolo todo) en el suelo las flechas naranjas marcando direcciones y las paredes continúan adornadas por las exposiciones organizadas por los docentes. Las operarias de la limpieza se afanan en dejarlo todo reluciente, las conserjes en…