Finalizar
Finalizar algo no siempre es triste. Yo creo que finalizar significa que has llegado a la cumbre, que has conseguido aquello que tiempo atrás te propusiste, poniendo empeño, constancia y dedicación, y también que has sacado lo mejor de ti. Significa que a pesar de todas las adversidades (que estoy segura de que no han sido pocas), sigues en pie, siendo alguien distinto que cuando empezaste. Y eso es algo muy importante.
A pocos días del final, los nervios son palpables en los pasillos, entre clase y clase, en la mirada de cualquier alumno y en muchos sitios más, pero al final, eso es lo menos importante. Probablemente te des cuenta de que cuando por fin los bolígrafos descansen y los fogones dejen de funcionar, no te acordarás del examen que acabas de hacer o del plato que en breve saldrá a la mesa. Te acordarás de lo más relevante, es decir, de las personas. De aquel compañero que se sentó a tu lado el primer día y que ahora se ha vuelto imprescindible, o de aquel profesor que te enseñó algo mucho más importante que la lección que tocaba ese día, y que han hecho una versión mejorada de tu persona.
Ahora tu corazón estará dividido entre alegría y tristeza, pero no te preocupes, es algo normal. A mi también me daría miedo tener que empezar de cero y dejar tantos momentos atrás, pero, por otro lado estaría muy ilusionada por poder empezar de cero y crear momentos nuevos. Qué paradójico, ¿no?.
La verdad es que para aconsejar puede que no sea la más indicada, pero me voy a permitir el lujo de hacerlo: persigue tus sueños hasta el final. Corre, vuela detrás de ellos si es necesario. Es verdad que muchas veces reunir el valor necesario es muy complicado, y que lo más cómodo es quedarse parado. De esta manera no te harás ningún rasguño y quedarás ileso, pero de qué sirve eso si al final no vas a conseguir lo que más ansías. Por eso merece la pena pelear, y hacerlo hasta el final, porque al finalizar, habrás llegado a ser justo lo que querías: feliz.
Autor/a: Marina Vega Llorente
Editor/a: Marina Vega Llorente