El Bullying
Se dice que el Bullying sucede más a menudo en el ambiente escolar, ya sea colegio o instituto, pero yo creo que no es así, que está presente en todas las fases de la vida.
Para explicar este fenómeno y que todos los alumnos puedan comprenderlo, me ofrecí a dar una charla a los alumnos de 2º de la ESO del IES de Sahagún los días 25 y 29 de marzo. En esta charla expuse a los estudiantes los motivos por los que yo considero que puede surgir el Bullying, cuáles son sus primeras manifestaciones y, lo más importante, cómo se puede evitar.
Comencé las charlas con un vídeo que ejemplificaba el caso de una alumna que estaba siendo acosada por sus compañeras de aula. El desenlace fue funesto pues la chica acabó suicidándose, tal y como sucede en algunos de los casos que salen a la luz en los medios de comunicación. Tras su visualización les expuse a los alumnos una batería de preguntas para invitarlos a reflexionar sobre lo que acababan de ver. Seguidamente, les expliqué los cuatro grandes tipos de acoso que se realizan. El primero, es el bloque social que se basa en expulsar a un sujeto de un grupo de amigos; el segundo, es el hostigamiento, basado en abusar físicamente de una persona; a este le sigue el que considero el más frecuente: la intimidación. Esta forma de acoso la solemos ver en series de televisión, un ejemplo de ello son Los Simpson, donde Nelson (el abusón del colegio) utiliza su tamaño y fuerza para que los demás niños hagan lo que él quiere. Nelson tiene una deficiencia cognitiva y problemas en el hogar. El último sería el Ciberbullying, es decir, la intimidación a través de las diferentes redes sociales.
Posteriormente, les expliqué las causas de este fenómeno. Quizá la primera de ellas sea el mal ambiente en el hogar, ya que si esto ocurre puede significar que el acosador ha crecido en un ambiente de conflicto y su única forma de “afecto” es la violencia. A esta le sigue la falta de empatía de la que carece el agresor y que le permite no comprender a su víctima. La última sería la distorsión cognitiva, es decir, el agresor carece de la suficiente inteligencia para discernir entre lo que está bien y lo que está mal.
Tras hablar de todo ello hicimos un supuesto práctico. Elegí a cuatro alumnos y le asigné un papel a cada uno. Laura y Dalmau, por ejemplo, escenificaron el hostigamiento: Laura utilizaba su fuerza para agredir a Dalmau. Para finalizar, les puse en la pizarra el teléfono de ayuda contra el Bullying (900 018 018).
Quiero acabar estas líneas dándole las gracias a Goyi, la Orientadora del centro, y a Carolina, la Jefa de Estudios, porque sin ellas esto no habría sido posible.
Autor: Javier López
Editor: Adrián Paniagua