
GALLETAS DE HIERRO
Cuando uno visita Sahagún se queda ensimismado por las maravillas arquitectónicas que conserva el pueblo: La Peregrina, las iglesias de San Lorenzo y Santo Tirso, etc., todos esos lugares que hacen que esta villa esconda algo mágico. Pero, como no se puede vivir del aire o del placer de la contemplación, la guinda de una visita perfecta a estas tierras la ponen sus gentes y su gastronomía. A la variedad de platos salados exquisitos (el puerro, cocinado en sus múltiples formas, o el chichurro, entre otros) se unen los postres y los dulces como las galletas.
Las galletas de hierro son un dulce típico de Sahagún. Son muy artesanales y tienen un sabor muy peculiar ya que se elaboran una a una con unos hierros (placas de hierro fundido con mango) que se calientan directamente al fuego y que aún conservan algunas personas en sus casas, de ahí el nombre de “galletas de hierro”.
Se dice que la historia de estas galletas comienza en la Edad Media y surgen ya que los monjes del monasterio benedictino de la localidad prohibían al pueblo realizar pan o dulces fuera de los molinos y hornos del monasterio, para cobrarles los impuestos. El pueblo ante la prohibición se negó y fabricó unos moldes de hierro con los que comenzaron a realizarlas.
Su receta y sus ingredientes son tan antiguos como la tradición, los cuales han sido y son: mantequilla, azúcar, vainilla, un poco de canela, huevos y harina.
Si aún no las habéis probado, os las recomendamos porque están de rechupete.
Autor/a: Ángela Castrillo y Mila Marianova
Editor/a: Victoria García