
LA UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA
Pensar NO es perder el tiempo.
El tercer jueves de noviembre se celebra el Día Internacional de la Filosofía. El Departamento de Filosofía y los alumnos y alumnas de 1º de bachillerato lo celebraron confeccionando este mural sobre la utilidad de la Filosofía que nos invita a acercarnos a esta disciplina tan antigua y tan necesaria.
La filosofía sirve de guía a los científicos, precede a la sabiduría. Primero se piensa. El filósofo se rompe la cabeza formulando preguntas a las que los sabios buscan respuestas que describen el universo.
¿De donde van a salir las respuestas más que de las preguntas?
Pero no me refiero a preguntas como “¿Cuánto tiempo ha pasado (desde que comenzaste a leer este artículo)?”, que se podría decir que tienen una única y simple respuesta, sino más bien algo así como “¿Cuántas horas han pasado (desde el origen de lo primero que existió)?”, preguntas que pueden mantenerte ocupado infinitamente, llevándote a otras cuestiones que terminen por hacerte olvidar cuál fue la cuestión que desencadenó ese caos de ideas emergentes.
La filosofía sirve de inspiración, aunque haya personas que se nieguen a pensar, porque, aunque no lo parezca, hay que ser muy fuerte para ser un buen filósofo. No todo el mundo es capaz de aguantar y gestionar la presión que ejerce sobre nuestra mente el desconcierto, el tener presente que su cuerpo está aquí y ahora, aún cuando su mente no lo está. No es sencillo salir de esos bucles en los que parece, exagerando un poco, que la intensidad de la corriente entre tus neuronas es tan elevada que vas a empezar a echar chispas.
La filosofía sirve para unir. Por muy difícil que sea, pensar en grupo es asombroso. La simple capacidad de expresar lo que ocurre en tu mente de una forma que produzca que eso mismo ocurra en las mentes de los demás es asombroso. Además, es liberador saber que no eres el único que experimenta esas explosiones mentales y crea poderosos vínculos.
La filosofía sirve para agrandar lo diminuto. Incluso de lo más insignificante que se te pueda ocurrir pueden surgir infinitas interpretaciones. De esas interpretaciones, las que sean filosóficas tienen el poder de sacar un razonamiento alucinante de ese pequeño origen.
La filosofía sirve para darnos cuenta de nuestra complejidad, la capacidad de pensar en cosas que no estamos preparados para entender y aún así no rendirnos en buscarles respuesta.
Y lo más importante, pensar NO es perder el tiempo. Hay que saber darle importancia. Quizás tengamos una idea que podría suponer un magnífico avance a nivel de especie, pero, por no compartirlo, ya sea por miedo, vergüenza o simple ignorancia, quede olvidado en lo más profundo de nuestro pensamiento y nunca salga a la luz. Las personas importantes no siempre tienen por qué ser otra persona. Tú también puedes serlo, pero si no pones interés, nunca lo descubrirás.
Marina Urbaneja 1º BACH B