NUESTRA GRADUACIÓN

NUESTRA GRADUACIÓN

Durante todo segundo de bachiller, debido a las circunstancias excepcionales que se vivían por el COVID, teníamos dudas de si podríamos celebrar la graduación ya que el año anterior no se había podido realizar. Nuestra tutora, Itziar, nos animaba y nos daba expectativas para no perder la esperanza. Mientras tanto, ella luchaba porque todo saliera adelante. 

Después de muchos preparativos, incertidumbre y nervios llegó el momento de graduarnos. Aquel día a todos nos recorría un gusanillo por el estómago, teníamos muchos sentimientos encontrados. Estábamos a punto de cerrar una de las etapas de nuestra vida para empezar otra completamente distinta. Después de seis años, nos despedíamos de compañeros, profesores y del instituto que nos había visto crecer y se abría ante nosotros un horizonte incierto, pero a la vez muy atractivo. 

Empezamos en el instituto siendo unos niños que no tenían las ideas claras y año tras año, fuimos madurando hasta llegar a segundo de bachiller, donde tuvimos que decidir lo que íbamos a estudiar en un futuro. Durante toda esta etapa pasamos buenos y malos momentos, pero fuimos formando una familia de la que nunca nos olvidaremos.  

Llegó la graduación y en ella hicimos un paréntesis para evadirnos de la presión que teníamos por la cercanía de la EBAU. El acto se realizó en el pabellón polideportivo, donde solo pudieron acudir nuestros familiares cercanos cumpliendo con las medidas establecidas de distancia de seguridad y mascarilla. Todos los esfuerzos llevados a cabo por nuestra tutora dieron su fruto y para nosotros se convirtió en un día inolvidable. Acudimos todos vestidos de gala y con nuestra mejor sonrisa, que, aunque no se nos veía, se reflejaba en nuestros emocionados ojos y en los de nuestros padres. A todos, ese día, se nos cayó alguna lágrima, demasiadas emociones juntas. Se abrió el acto con el discurso de nuestra tutora, seguido del que habíamos preparado los alumnos, en el que recogimos las mejores anécdotas relacionadas con cada profesor a lo largo de los años. Nerviosos, a la vez que orgullosos,  fuimos saliendo uno a uno a recoger nuestro merecido y trabajado diploma. La velada fue amenizada por alguna pieza tocada al piano y también por las ricas viandas que nos habían preparado los alumnos de cocina del instituto. 

A día de hoy, aunque cada uno ha seguido su camino, seguimos en contacto y recordamos a menudo ese entrañable día como algo muy especial. Desde aquí queremos dar las gracias a todas las personas que nos acompañaron, padres, hermanos, profesores, etc. Y en especial a nuestra tutora, Itziar, por haberlo hecho posible.

Hace ya un año que dimos nuestra última clase en los característicos pupitres verdes del instituto; hace ya un año que finalizó nuestro paso por el instituto y superamos el bachillerato. Pero… todo esto no parece oficial sin una graduación, ¿verdad?

Digamos que nuestra promoción vivió esta última etapa de una manera un tanto “diferente”: las vacaciones de verano de 2020 se adelantaron unos meses; ya sabéis por donde voy… Y dadas las circunstancias, vimos peligrar nuestra graduación.

En ese momento, Itziar, nuestra entonces tutora, se puso manos a la obra para dar a su “pequeña gran familia” lo que tanto ansiaba. Si aún no habéis tenido el placer de conocer a Itziar, permitidme decir que es imparable; por lo que, sí, ¡finalmente tuvimos nuestra graduación! Y como no pudimos compartir ese día con vosotros, vuelvo al instituto, a través de este artículo, para compartir mis recuerdos:

Los días previos al acto, todos colaboramos para decorar el pabellón. Tuvimos que inflar globos, contar y recontar sillas, limpiar, colocar flores… ¡Había incluso un photocall! Y ensayamos para que todo saliera perfecto. Conforme se acercaba el gran día, empezábamos a estar más nerviosos, pues, aunque iba a ser un acto pequeño en un entorno familiar, estábamos muy emocionados.

Llegó el día y, como es costumbre, Marisa inauguró nuestra graduación con su tradicional sesión de fotos. Después, dio comienzo la ceremonia. Todo estaba saliendo según lo planeado cuando, de repente… “¿Dónde está Itziar? ¡Rápido llamadla, tiene que dar su discurso!”. Inmediatamente, apareció a carreras por la puerta principal, y poco le faltó para subir de un brinco al escenario. ¡Qué teatrera eres, Itziar! Siempre pensando en cómo sacarnos una sonrisa. Nosotros también dimos un discurso, con el que revivimos cada momento especial que vivimos en el instituto, y nuestras amigas y compañeras Ángela, María y Noa nos conquistaron con su talento al piano. Además, nuestros padres nos sorprendieron con un vídeo y un álbum recopilatorios de fotos de excursiones y actividades, con lo que consiguieron que, después de tanto tiempo queriendo terminar, lo último que deseásemos fuese despedirnos. 

Por último, los compañeros de cocina nos deleitaron con una cena-picoteo exquisita y, ya con la barriga llena, aprovechamos lo que quedaba de día para divertirnos y coger fuerzas para afrontar la recta final antes de la EBAU.

¡Quién diría que ya han pasado casi siete años desde que nos matriculamos en 1º ESO! Va a ser verdad eso de que cuando uno se lo pasa bien el tiempo pasa más rápido… Sin duda alguna, han sido siete años de amistad, experiencias y aprendizaje inolvidables que, aunque hayan terminado, nunca nos abandonarán.

María Herrero Alonso, Paula Urbaneja

Los comentarios están cerrados
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad